Presentación: un desafío para el especialista

Vivimos en la era del especialista. Todos los campos del conocimiento se subdividen en temas sobre los que alguien tiene un conocimiento profundo. La medicina es el mejor ejemplo. Hay un especialista para todas las partes del cuerpo y para casi todas las enfermedades.
El mundo empresarial sigue la misma lógica. Hay expertos para todas las áreas: ventas, marketing, finanzas, TI, RRHH, cumplimiento, etc. Y las empresas eligen a sus empleados de acuerdo con las habilidades que han adquirido. Todo perfectamente normal y aceptable. Aquí en Conté es así: buscamos los mejores diseñadores, ilustradores, guionistas, animadores y editores. Y cuando no lo encontramos, entrenamos por dentro.

El desafío para cualquier especialista, ya sea médico o gerente de una gran empresa, surge cuando sus conocimientos deben ser compartidos. Necesitas saber comunicarte. Y muchas veces, esto sucede a través de la temida presentación. Ya sea para un equipo de la misma área o para especialistas en otras áreas, este es el momento en que los conocimientos previos, adquiridos a través de mucho estudio y esfuerzo, pueden resultar perjudiciales. Explico: en el afán de poner todo el conocimiento en una presentación, el experto olvida que su público puede no tener las mismas referencias que él.

¿Cuántas veces has escuchado a un médico explicarte una serie de términos técnicos leyendo el resultado de un examen y lo único que querías hacer era conocer el diagnóstico y qué hacer a partir de ese momento? En una presentación corporativa, la audiencia actúa de la misma manera. Es difícil tener que admitirlo, pero a menudo al orador no le importa cuánto estudió y trabajó el presentador en ese tema. Lo que realmente cuenta es el beneficio que él y la empresa tendrán con el contenido presentado.
Me cansé de ver presentaciones que podían ser brillantes y que se perdieran por el exceso de información que poco importaba a la audiencia. El argumento del experto es casi siempre el mismo: “si no lo presento en detalle, nadie entenderá nada”. Es un error común de quienes se apegan justamente, de pasada, a todo el trabajo que ha llegado a ese contenido. Afortunadamente para la audiencia, no necesitamos más de veinte minutos para presentar un tema que es el resultado de mucho trabajo y estudio. Las presentaciones de TED, que tienen éxito en todo el mundo, están ahí para probar nuestra tesis.

Así como los médicos tratan al mismo ser humano, los especialistas del mundo empresarial trabajan para el mismo organismo, la empresa. Al igual que para el paciente lo que importa es curar, para la empresa lo que importa es que ese conocimiento se ponga en práctica. Y las presentaciones corporativas tienen esa función. Saber presentarse es una necesidad de primer orden. Y saber separar lo que está destinado a la audiencia es un desafío. Sin esto, el conocimiento se puede perder. Y carreras que podrían y deberían ser meteóricas están estancadas por el exceso de contenido.